#BZ55SINPLASTICO, ¡ÚNETE AL CAMBIO!
¿QUÉ ES EL ZERO WASTE?
Últimamente quizás hayas escuchado muchas veces eso de “Zero Waste”, pero, ¿Sabes en qué consiste realmente? Zero Waste o “Cero Residuos” es una corriente que persigue reducir al máximo los deshechos que genera cada persona en su día a día. Para ello se basa en la norma de las “5R”: Refuse (rechazar), Reduce (reducir), Reuse (reutilizar), Recicle (reciclar) y Rot (plantar)
¿CÓMO PODEMOS UNIRNOS CON PEQUEÑOS GESTOS?
Este movimiento abarca todos los aspectos de nuestro estilo de vida. En función de nuestra implicación, puede practicarse con más o menos precisión, pero está al alcance de todos.
En la comida: un gesto tan sencillo como reducir los plásticos puede cambiar por completo nuestra forma de alimentarnos. ¿Te has parado a pensar en la cantidad de plástico en la que, a veces, se recubren las verduras? ¿O en cómo vienen envasados la mayoría de productos procesados? Comprar en tiendas a granel, reutilizando nuestras propias bolsas o incluso llevando un carrito de la compra, reduce enormemente los residuos. Si además elegimos productos de proximidad, reducimos el impacto medioambiental del propio alimento. Y es una forma de mantener vivo el pequeño comercio.
Ser consciente de pequeños hábitos: aceptar tarjetas de visita, utilizar una pajita o una cucharilla de plástico cada día en el trabajo, comprar un café para llevar… son gestos que pueden acompañar nuestro día a día en los que generamos muchos residuos sin darnos cuenta. Piensa en la botella de agua para el gimnasio. ¿Por qué no sustituir las de usar y tirar por una que nos acompañe durante todo el día? Ahora hay muchas de metal que mantienen el agua fresca hasta 24 horas. Podemos hacer lo mismo con un termo para nuestro café o un tupper de fibra de bambú para la comida.
Si quieres llevar el Zero Waste al gimnasio, puedes utilizar una bolsa de tela que ya tengas para transportar tu ropa de entrenamiento y usar una botella de metal o cristal para beber agua.
BUENO PARA TÍ, BUENO PARA EL PLANETA
Esta filosofía nace con el objetivo de frenar el exceso de residuos que cubren nuestro planeta, pero también tiene un impacto positivo en nosotros mismos.
Por ejemplo, al rechazar la mayoría de alimentos envasados, indirectamente nos estamos acercando a una alimentación más natural, menos procesada y más saludable.
Al contrario de lo que podamos imaginar, una casa aislada en medio del campo no es la forma de vida más sostenible. Poder ir caminando al trabajo o a hacer los recados nos permite reducir nuestro impacto medioambiental… y, a la vez, favorece nuestra salud cardiovascular.
Rechazar lo que no necesitamos, reducir lo que compramos, reutilizar lo que ya tenemos y reciclar, hace que simplifiquemos nuestra vida y ahorremos dinero. No se trata de comprar solo en tiendas eco o bio, de tirar todos los productos de plástico y sustituirlos por nuevos de silicona, látex, madera, tela, bambú, cristal, metal… sino de contribuir en la llamada economía circular, en la que los productos tienen un segundo uso o se transforman en un nuevo material para producir nuevos productos o, incluso, energía.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
A menudo, practicar el Zero Waste nos acerca a la forma de vida de nuestros padres o abuelos.
Volviendo al origen, puedes volver a usar servilletas de tela y convertir tu ropa vieja en trapos. Reutilizar los tarros de las conservas para guardar tus sobras en lugar de taparlas con papel de aluminio. O hacerte con tapas de silicona y papeles de envolver, que ya existen en formato reutilizable. Cuando se gasten los estropajos, puedes buscarlos de luffa o pelo de coco. En el baño, puedes volver a la pastilla de jabón o recurrir a marcas que venden el champú en una lata reutilizable.
En internet y redes sociales encontramos a menudo el término #zerowaste o #residuocero acompañados de otros como #slowlife #slowfood #realfooding #minimal #livewithless #vidasencilla o #economíacircular. Y es que, en definitiva, se trata de eso: de simplificar y conectarnos de nuevo con el origen.
¡Ánimo con el cambio!